domingo, diciembre 10, 2006

Cuentos de Navidad (o Reyes)

Creo que por todo eso de los zapatos, el pasto y el agüita para los camellos, yo al menos recuerdo con más intensidad la vigilia esperando los Reyes Magos. En cambio, no tengo preciso en qué momento o circunstancia me di cuenta de que eran nuestros padres quienes traían los regalos, en una suerte de mentira consuetudinaria que siempre me intrigó sociológicamente hablando. Y vos… contame tu historia de Navidad.

29 comentarios:

Laura dijo...

A mí mi mamá y mi papá no me dijeron nunca que existía Papá Noel o el Niñito Dios, sino que me plantearon una cosa que me pareció muy realista: que ambos están muy ocupados con llevarles el regalo a toooooodos los chicos del mundo y que, como éramos muy especiales, él (en realidad, el Niñito Dios, el Papá Noel hiperabrigado es más posmoderno) le pedía a mis viejos que me eligieran un regalo en su nombre. Me encantó siempre la historia.

Anónimo dijo...

Yo tengo recuerdo de navidades lluviosas en lo de mis tíos en barrio Cofico, apostando al lugar en el que el Fiat 600 de mi tío Raúl dejaría de funcionar, y habría que ir a buscarlo. El Vittel Tonne de mi vieja, la mousse de chocolate de mi tía "Cobre" y la diversión con mis primos y primas.
Después mis viejos se separaron, y nos "repartíamos" las fiestas. Nunca volví a tener navidades tan felices como las de chico.

Anónimo dijo...

Hola soy DANIELA MADRID,y bueno en navidad me acuerdo cueando era chica cerraba todas las ventanas y las puetas de casa para que no entre Papa Noel, y como estaba todo cerrado tenia que tocar el timbre y yo estaria alli para abrirle la puerta, pero nunca llegaba despierta.

Anónimo dijo...

Lo que me emocionaba definitivamente era ek hecho de salir a buscr pasto y agua para los camellos, les sacaba cigarrillos a mama y les dejaba unos cuantos para que fumen cuando se vallan a la proxima casa, lo lindo era a la mañana cuano el pasto estaba desparramado no quedaba agua y los puchos no estaban...

Rossana Vanadía dijo...

Me avivé o mejor dicho, lo confirmé una vez que vi el pasto que habìa juntado tirado por la ventana. Después me hice la tonta mucho tiempo para seguir gozando los beneficios. Me siguen gustando las sorpresas. No me gusta que me manden a elegirme el regalo, me revelo y espero el mìo a los piés del arbolito.
El que más recuerdo es la muñeca que habla que estaba en una caja con el disquito accionado hablando. Bellísimo.
Ross

PAT - Juan Manuel Vargas dijo...

Íñigo:
No podía ser más corto, lo siento. Es un extracto de mi libro Alma Invisible, editado por El Emporio. Me pareció que venía justo a tu convocatoria. Felicidades desde Barcelona.

Reyes
Recién habían pasado las fiestas, amanecía enero, el cuatro empezaba el ritual. Ya conversábamos con los amigos sobre los preparativos. ¿Cuánto pasto?
¿Agua? No les gustará más el jugo? ¿Naranja o mandarina? ¿Los camellos, no preferirán un pedazo
de zanahoria? ¿Dónde dejaríamos los zapatos? El tiempo era poco y los nervios muchos, se acumulaban los interrogantes.
Llegaba el día cinco, la tensión aumentaba, había que preparar todo. Pasto, los platitos, el agua, robarle la lata del agua al perro, buscar el sitio más apropiado
calculando por dónde entrarían; además, claro, había que jugar y eso no nos dejaba mucho tiempo.
Todo se detenía, desde las ocho de la tarde, que dejábamos todo preparado, hasta la mañana siguiente
había una eternidad. El tiempo se podía medir mejor con un calendario que con un reloj. A las doce nos
levantábamos y, con cierto temor, mirábamos por la ventana. Una vez nos pareció ver la cola de un camello, quizá la vimos, por lo menos estábamos muy convencidos. Nos costaba, pero nos dormíamos, era una noche muy larga.
Cuando nos levantábamos a la mañana no podíamos parar de correr, cada seis de enero el pasillo
que llevaba al patio era larguísimo. Allí nos esperaban los regalos, al fin la ilusión tenía forma. Podía ser cualquier cosa, todo nos gustaba, siempre.
Ni nos fijábamos en la lata del agua o el platito con pasto que
los reyes habían desordenado con cuidado. Todo era regalo, lo que fuera, incluso un año de vacas flacas los reyes me trajeron un asiento de bicicleta y un manubrio,
perfectamente colocados en la bici verde que mi hermano mayor había dejado de usar hacía tiempo.
Inmediatamente interpreté que la bici se había convertido en herencia. Como en los sueños, no hacía falta explicar nada, ya sabía que era así. Me llené de emoción, ya tenía bicicleta, la verdecita con mil batallas encima, pero ahora era mía. Nada más tocarla imaginé
a cuántos lugares iría, a cuáles primero. Empecé a calcular en cuántas pedaladas llegaría a mostrársela a los amigos.
Cada año se repetía la intriga, el ritual y la mañana más maravillosa que pudiéramos imaginar.
Han pasado muchos años, cada seis de enero los reyes dejaron su regalo, perfumes, relojes, viajes, pero jamás volveré a recibir un mejor regalo en mi vida.
Jamás veré una bici sin pensar en los sueños del niño que la monta. Jamás dejaré de preparar el pastito y el agua cada cinco de enero.
Si pudiera volver el tiempo atrás, me gustaría ser otro para ver la cara del niño de cinco años que fui ese día. Contemplarlo, disfrutarlo, escucharlo reír.
Queridos reyes magos:
Gracias por el asiento, el manubrio y por haber hecho posible el hombre ilusionado y feliz que soy.
Eternamente, muchas gracias, a los dos.

Anónimo dijo...

Para participar por el premio de Bursatil:
Cuando era chico, mi papa se empecinaba en que creamo en Papa Noel y mama en el Niño Dios, por alegar que Papa Noel era made in USA. Mi para se habia alquilado un traje de navidad para usarlo esa noche y mama como lo vio sucio lo metio a lavar antes de que nos de la sorpresa, a todo esto el traje se destiño y la noche que no creimos mas en Papa Noel fue por que lo vimos en casa con un traje color NARANJA y una barba ROSADA...

Anónimo dijo...

Yo siempre llegaba mas emocionada con los Reyes que con Papá Noel (para mi fue siempre el Niñito Dios y su nacimiento). Siempre que miraba al cielo miraba la luna y veia (que imaginacion!) a los Reyes en una mesa cenando!!. En realidad eran los crateres o simplemente sombras, pero para mi eran los Reyes. También era emocionante juntar pasto y agua en palanganas... pero lo que mas me acuerdo es que una vez me levanté y además de haber desaparecido el pasto y el agua... más allá ¡¡habia excremento de camello!! y mi papá que decía: "se ve que le gustó mucho lo que les dejaron"...jaja. Es hermosa esa ilusión...aunque después mas dolorosa cuando sabés la verdad.

Anónimo dijo...

Mi recuerdo más lindo tiene que ver con una fría Navidad en Madrid: llevábamos a nuestra hija Jimena -6 años por entonces- a ver la ornamentación de El Corte Inglés. Hacía muchísimo frío y ella no tenía guantes. En ese momento pasó un coche conducido por un Papá Noel y le dije que se los pidiese, cosa que hizo a los gritos. MIentras ellos veían el espectáculo, yo fui a comprar los guantes y ya en casa se los dí a una vecina para que, previo un timbrazo, los dejase en la puerta de casa. Demás está decir la carita de Jimena cuando fue a atender la puerta y encontró su pedido hecho realidad: ¡Mamá! ¡Papá! ¡Papá Noel me escuchó, me escuchó!

Anónimo dijo...

La mejor Navidad que tengo es la que vendra. Pareciera un error de gramática pero es cierto. Aguardo cada diciembre, y ahora que tengo hijos mas todavia. Sorprender a mi hijo Lucas y fotografiar su cara de asombre entre sueños es lo que mas me gusta hacer. El niñito Dios le traerá algo y en verdad se los digo: no importa que.

Anónimo dijo...

Mi enorme ilusión y creencia acerca de la existencia de los Reyes Magos y el Niño Dios (ahora Papá Noel) culminó repentinamente, de manera inesperada y poco feliz, cuando iba a segundo grado. Tenía apenas seis años y es una de las cosas de mi vida que jamás podré olvidar... Estábamos en el aula, éramos como 35 alumnos, y la señorita Mabel, del colegio María Reina de San Isidro (BS.AS.) pidió silencio y anunció: "Chicos, acá un compañerito me pregunta por los Reyes Magos... tienen que saber que los Reyes y el Niño Dios no existen, que son los papás. Los papás compran los regalitos, los ponen en el árbol cuando ustedes no los ven". Ni hablar de la angustia que sentimos todos... hasta el día de hoy recuerdo a esa torpe maestra... y ni hablar del lío que se armó con los padres de todos cuando fueron a pedir al colegio que la despidieran a la maestra!! Justo hasta ahí, creí en los Reyes Magos. Ni un segundo más. Ivanna

Anónimo dijo...

En realidad yo esperaba la llegada del Niñito Dios.. y era tanta la ilusion que lo veíamos llegar a traves del cielo en un trineo. Eso era cuando nos encerraban a mis hermanos y primos en una habitación a mirar por la ventana mientras mis viejos y tios se apresuraban a dejar debajo del árbol todos los regalos. Era una alegria inmensa salir del cuarto y ver que realmente el Niñito Dios habia cruzado por el cielo y nos habia dejado un regalo a cada uno..lástima que esa ilusión se debe perder algún día..

Anónimo dijo...

Hola Iñigo!
Te quería comentar que cuando era chica me encantaba terminar las clases y viajar a Córdoba Capital a pasar mis vacaciones en lo de mis abuelos paternos (vivo en Villa Dolores)
Las fiestas navideñas eran hermosas y si bien siempre dudaba porqué Papá Noel me dejaba regalos en las casas de todos mis tíos, yo creía en él y me entusiasmaba mucho esperando al 25 para ver los regalitos.
Uno de esos tantos 25 me levanté casi me muero!!! Estaba mi abuelo Teté en calzoncillos poniendome el regalo en el arbolito!!!
Que desilusión terrible. No era el viejo regordete y de barba blanca, sino que era mi abuelo flaco y querido (hoy ya no lo tengo)el hacedor (y posterior destructor) de todas mis ilusiones.
Un beso y felices fiestas

Anónimo dijo...

Los milagros de Navidad existen. Pueden pasar años en nuestra vida sin que nada excepcional nos ocurra, pero alguna vez nos cruzaremos con el ángel que ha venido expresamente a ayudarnos.
Lo peor que podría ocurrirnos es que, por escépticos o por distraídos, no lo percibamos y lo dejemos pasar de largo.
He escuchado muchas historias de Navidad y puedo asegurar que los milagros son reales y suelen producirse durante la semana previa a la Nochebuena.
Si estamos atentos y lo deseamos con ardiente vehemencia, inesperadamente, en esta Navidad o en cualquier otra, alguien nos
mirará a los ojos y lo reconoceremos. ¡Los seres sobrenaturales siempre se manifiestan así!

Anónimo dijo...

Los milagros de Navidad existen. Pueden pasar años en nuestra vida sin que nada excepcional nos ocurra, pero alguna vez nos cruzaremos con el ángel que ha venido expresamente a ayudarnos.
Lo peor que podría ocurrirnos es que, por escépticos o por distraídos, no lo percibamos y lo dejemos pasar de largo.
He escuchado muchas historias de Navidad y puedo asegurar que los milagros son reales y suelen producirse durante la semana previa a la Nochebuena.
Si estamos atentos y lo deseamos con ardiente vehemencia, inesperadamente, en esta Navidad o en cualquier otra, alguien nos
mirará a los ojos y lo reconoceremos. ¡Los seres sobrenaturales siempre se manifiestan así!

Anónimo dijo...

Mi mama y mi papa trabajaban todo el día, y a mis hermanos los cuidaba yo. Una tarde cercana a navidad estabamos jugando a disfrazarnos, sacando la ropa de mi mamá y encontre, en el ropero escondido abajo de todo,unas muñequitas PinyPon. Enseguida pensamos que era un regalo por lo bien que nos portábamos!!
Esa noche esperando a Papá Noel, y al abrir los regalos... ahí estaban!!! Entonces fue un momento de gran charla... mis viejos no sabian donde esconderse!!! Por eso yo, con dos indios terribles hoy escondo los juguetes en la casa de al lado!!!!

Anónimo dijo...

Tengo 2 hermanos más grandes, por supuesto cuando uno se enteró de que papá noel y los reyes eran los padres, nos enteramos todos. pero como ultimo intento para convencernos un tiempo más, cuando ya sospechábamos demasiado, mi papá se encargó de, con un taco de madera lleno de barro, dejar en todo el patio pisadas de camello!!! y así duramos un tiempo más bajo los lindos efectos de la magia de las fiestas.

Anónimo dijo...

No se porque, pero mi mejor Navidad fue la que pase a fines del 88, en Madrid, solo, sentado frente a la Fuente de La Cibeles, botella de sidra en mano, copos de nieve en mi cabello, lagrimas a montones en mis ojos, aun ahora mientras lo recuerdo y lo escribo, pero fue el poder darme cuenta de que podia llegar a hacer cualquier cosa definitivamente, de que ese manto de fe me cubria de todo lo que me sucedia en ese momento y de que a la distancia tambien cubria a quienes mas amo..., ¡Felicidades en estas Navidades...!, a los que conozco y a los que lamentablemente aun no...

Anónimo dijo...

algo hice mal o no les gusto mas que mi cuento, mi experiencia navideña, de niña vivi en el norte y las costumbre son tan distintas en navidad, por ejemplo una de ellas era visitar los pesebres del barrio cantar villancicos todos los dias previos al 24 y recibir como premio algunos regalitos, hermoso,emotivo, lamaento no haber traslado esa costumbre a mis hijos aqui en cordoba, aun canto algunos villancicos de la epoca, FELICES FIESTAS PARA TODOS, un abrazo

Anónimo dijo...

Mas que un cuento,es mi experiencia navideña, de niña vivi en el norte y las costumbres son tan distintas en navidad, por ejemplo una de ellas era visitar los pesebres del barrio cantar villancicos todos los dias previos al 24 y recibir como premio algunos regalitos, hermoso,emotivo, lamento no haber trasladado esa costumbre a mis hijos aqui en cordoba, aun canto algunos villancicos de la epoca, FELICES FIESTAS PARA TODOS, un abrazo

Anónimo dijo...

Nosotros en casa no creíamos en Papa Noel pero si esperabámos ansiosamente la llegada de los Reyes. Los preparativos incluían poner un par de zapatos "buenos" de cada uno de los integrantes de la familia, poner un plato con galletitas, tres vasos de agua y juntar pasto y poner un fuentón con agua para los camellos dentro del living de casa. Y nos acostábamos a dormir tempranito porque si no nos dormíamos los Reyes no iban a venir. A veces nos hacíamos las dormidas e íbamos caminando en puntas de pie hasta el living para ver si los pescábamos in fraganti pero eso nunca sucedía, así que nos ibamos a la cama y nos quedábamos dormidas esperando. A la mañana siguiente, tempranísimo, despertábamos a toda la familia para ir juntos a ver que nos habían traído y nos asombrábamos al ver que se habían comido las galletitas (siempre quedaban miguitas y algunos restos) y se habían tomado el agua, los mismo que los camellos se habían comido todo el pasto. Después de la alegría de los regalos, siempre me quedaba la pregunta: ¿cómo hicieron para entrar si estaban todas las puertas y ventanas cerradas y no tenemos chimenea para que se metan por ahí? A lo que solita me respondía: es que son Reyes Magos, no ves que pueden hacer magia? Un beso enorme y Felices Fiestas para todos.

Anónimo dijo...

Mis mejores fiestas, fueron todas las de mi infancia, algunas con el regalo esperado y otras un poco mas austeras porque los reyes estaban "pobres". Todavia recuerdo la ilusión de esperar al Niñito Dios (mis viejos nos enseñaron la tradicion mas cristiana de la Navidad) y en mi imaginación pensaba que era invisible y entraba a dejarme los regalos. En cierta forma me daba un poco de miedo, era una mezcla de adrenalina y temor. Recuerdo que me portaba mal (como siempre ja ja) y despues pedía perdon mirando a la luna para recibir mi regalito!!!! Que inocencia!! "LA noche de reyes" fue estando en Cuesta Blanca, mi viejo pasó agachado por la ventana del patio y mi hermana que los esperaba despierta, empezo a gritar porque había pasado Baltasar!!! Juraba que el Rey Mago mas querido por los chicos había pasado por la ventana! Hasta el día de hoy (ella ya con 31 años) y sabiendo la verdad, es emocionante esa historia que ella vivió. Recuerdo que el momento mas triste fue cuando supe la verdad, se me llenaron los ojos de lágrimas, y en cierta forma sentí que dejaba un poco atrás mi niñez... Es una ilusión que todos los niños DEBEN tener... Gracias!

Anónimo dijo...

Realmente al leer cada una de todas estas historias, se me llenan mis ojos de lagrimas!!
En mi familia, supongo que por cuestiones de religion o valla a saber que, jamas se nos festejo navidad, reyes magos, ni nada parecido, soy el mayor de 3 hermanos, y recuerdo que en dias cercanos a las fiestas, todos los amiguitos hablaban de papa noel, de reyes, etc, y en casa cuando preguntabamos, nos deciam que eso era pagano, que no existia, y que eran los padres, epro que guardaramos el secreto, nosotros eramos especiales por eso lo sabiamos....
Hoy, leo la historia de ustedes, y me entristece no haber podido tener esa carita que deben poner los niños a la hora de encontrar sus regalos, mas alla de la cruda realidad que se desprende al momento de saber la realidad, pero supongo qu aquellos recuerdos, son de los que nunca se olvidan!!
Prefiero la inocencia de un niño creyendo en Melchor, Gaspar y Baltasar, en El Nniñito Dios, o en Pap'a Noel, que en ametralladoras, juegos violentos de pc, o erotismo en publicidad.
Ahora, con 37 años, espero algun dia lograr mi objetivod e ser padre, para poder ver en los ojitos de quienes sean mis hijos, la maravilla de LA MAGIA DE NAVIDAD!!
FELICES FIESTAS JUAN CARLOS

Anónimo dijo...

Cuando era chico, como la mayoria de mi edad, era el niñito dios, y no papa noel. Recuerdo que nos hacian salir a la calle, y siempre alguien quedaba adentro poniendo los regalos, cosa uqe no sabiamos, y una tia miraba al cielo y decia, uy mira esa estrella(era un globo) ahi se fue papa noel, seguro que ya estan los regalos, y sas ibamos a dentro y estaban ya. Por la logica ansiedad de la epoca, no nos dabamos cuenta que siempre faltaba alguien.
Nos dimos cuenta con mi hermana que eran los padres, porque una navidad la pasamos en pinamar, y la acompa;amos a mi mama a comprar unas cosa a una galeria. y salio con unos paquetes con un envoltorio muy particular. Y o casualidad, a la noche los regalos tenian el mismo envoltorio, mi mama sorprendia ante mi comentario, dijo, uy que raro, no lo vi al ninito dios comprando en el mismo lugar, y buen, fue lindo mientras duro....

Anónimo dijo...

Hasta ayer daba por sentado que mi hija Bianca de 9 años, sabía como llegaban los regalos al árbol, ya que a esa edad saben taaaantas cosas... Mi suposición era que la nena sabía, pero se prendía en la historia mágica para no tener obstrucciones en sus pedidos casi siempre excesivos (hija única). Pero éste año, además del consabido regalo de juguetería de shopping, elegido vía Disney Channel, la nena le pidió a Papá Noel "tener super poderes, como los de las chicas super poderosas"...
"quiero volar" puso... "Pero sin alas eh!"(sic)y además, lo desafió:
"se que vos podés, porque sos mágico.." y termino la carta con HoHoHo... Así que, gente... La verdad estoy felíz, a mi hija todavía la moviliza la magia.

Anónimo dijo...

Hola Iñigo, te cuento una anécdota que siempre mueve a la risa en la familia. Somos 5 hermanos, todos varones pero cuando todavìa creíamos en los Reyes eramos solo tres. Creìamos ABSOLUTAMENTE, y normalmente el día de los regalos mentíamos (mentíamos?) diciendo haberlos escuchado y hasta haberlos visto entrar y a los camellos pastar. Lógicamente mi viejo se tomaba el trabajo de juntar el pasto, el agua y por la noche cuando ya estabamos dormidos desparramaba todo y hasta hacía las marcas de las patas de los camellos. Hasta ahí todo lo que hacía cualquier padre. El problema es que una vez se le ocurrió que los Reyes nos trajeran un sombrero para cada uno. Perdon por la expresión pero eran chotísimos. Se armó un despelote y OBLIGAMOS a mi viejo a que alcanzara los Reyes donde quiera que se encontrasen y les cambiara los sombreros. Así fue que el pobre salió cabizbajo a ver que podía hacer. Nunca le preguntamos donde consiguió el camión Duravit, un avión gigantesco y un trencito. Según el los reyes se habían demorado y todavían andaban por el fondo del barrio...

Anónimo dijo...

soy peruana, nuestra costumbre es distinta, los creyentes esperan la medianoche para orar y cantar villancicos entregarse regalos y cenar; sin embargo, al igual que en todo el mundo, se ha tomada la alienada costumbre de decirle a los pequeños que papanoel te traera regalos, yo fui una de ella y siempre el 1 diciembre alistaba mi carta y la escondia en un lugar secreto que no era secreto pq mis padres me espiaban, ahí leian mis pedidos y me compraban el obsequio. a los diez años, jugando con mis primos mayores empezamos a contarnos historias y uno de ellos conto la historia de papanoel,y del absurdo cuento de que este personajetetrae regalos, yo enfuerecida me opuse y luego ellos me revelaron el secreto de q el unico papanoel que existe es mi padre... con ello... desperte!
gracias

Rossana Vanadía dijo...

Insisto con esto que estuvo muy bueno. Mi hija (7) dice: el Papá Noel del Olmos es trucho. No nena, le digo, si hasta tenés foto con él. Ella responde: este año voy y le tiro la barba y me quedo con la barba en la mano. YO: y si le tiràs y le duele? Por las dudas no la llevè.

Anónimo dijo...

Hola Iñigo.
Antes que nada, te anticipo que en esta página los reyes me dejaron algo que andaba buscando, pero está en tus manos el que yo pueda recibirlo.
Tras el anticipo, vayamos a las historias.

La primera es del regalo de reyes que más recuerdo, uno que no recibí.
A través de chicos más grandes me había llegado la versión de que los Reyes eran los padres. O sea que tenía dos teorías diferentes para explicar el fenómeno de los regalos.
Decidí pedirles la colección completa del Pato Donald (supongo que serían unos 600 números). De esa manera cumplía con una premisas establecida tiempo atrás: los reyes regalaban estrictamente lo que se podía comprar en los comercios y siempre y cuando ello no fuera muy caro, y se trataba de un regalo que solamente unos magos podían conseguir.
Un experimento que unía lo útil con lo agradable pues iba a tener el conocimiento y, tal vez, las revistas.
Eso sucedía supongo a principios de diciembre o fines de noviembre, y yo, para evitar alterar las condiciones del experimento no había dado a conocer mis intenciones.
Lamentablemente obtuve el conocimiento por otra vía, pues mis viejos decidieron comunicarme que los reyes magos no existen sino que son los padres. La cuestión se resolvió por abandono de tres de los participantes, con camellos y todo.

Otra historia involucra a uno de mis nietastros, quien tenía unos 4 ó 5 años (aclaremos: edad mental en ese momento 7 u 8) y se había puesto a discutir con la madre acerca de la existencia de Papá Noel, con una actitud que podría describirse como "quiero creer, ayudame"
Había recibido el juego que quería, pero no estaba conforme. En la caja había una etiqueta (número de artículo, esas cosas) exactamente igual a la que que él había visto en la juguetería. Además no se había cumplido con la formalidad de enviar la carta de pedido, por lo que Papá Noel no estaba al tanto del asunto pero sus padres sí. Por lo tanto había fuertes sospechas acerca de una intervención paternal, y exigía que le demostraran el origen sobrenatural del regalo.
La explicación maternal se basaba en que Papá Noel andaba volando por todas partes, y lo había visto elegir el juego.
La contrarrespuesta fue que él no había visto ningún Papá Noel en el negocio, por lo tanto ahí no estaba. Y si había estado volando por encima del edificio no podía ver nada porque el techo lo impedía.
La madre recurrió entonces a la corte celestial: Explicó que Papá Noel era como los ángeles, que no se lo podía ver. Para reforzar la imagen, le recordó que ya hacía tiempo le había contado del ángel de la guarda, que siempre lo está cuidando.
La respuesta fue pegar un puñetazo en el piso, y decir "¿Viste? me dolió ¿Por qué no me cuidó el ángel?".
Se salvó la situación con una intervención abuelar, anunciando la inminencia de un helado.
Era evidente que discutía porque quería creer pero la información que tenía a su alcance no se lo permitía. Debería haber cursos avanzados de preparación de indicios sobrenaturales, para padres de niños como él.

Y ahora vamos al regalo (condicional) que encontré.
Hace décadas que estoy exiliado de Córdoba, razón por la cual perdí contacto con amigos. Uno de ellos se llama Sergio Coiset, y estoy seguro que es quien que publicó el comentario 27 en esta página. Estoy seguro porque ese nombre es escaso ahí, y porque ese texto tiene el estilo del Sergio que recuerdo.
Quisiera comunicarme con él. ¿Podrías incluir este pedido? Mi nombre es Marco, mi dirección es ignaro%arnet.com.ar (reemplazar % por arroba, escribo así porque les tengo alergia a los recolectores automáticos de direcciones)

Un abrazo.