viernes, febrero 26, 2010

Vargas Llosa y Miguel Clariá me quitaron una vergüenza de encima

Lo confieso I: estoy leyendo el primer tomo de la trilogía Millennium, de Stieg Larsson. Sucumbí a la tentación y la envidia al ver la pasión que despertaba en alguno de mis amigos.
Lo confieso II: tenía un poco de vergüenza de contar que estaba leyendo este libro trivial que se me antoja similar a El Código da Vinci, que también leí pero en aquel entonces con una excusa poderosa: estaba convaleciente de una hepatitis que me tenía fatalmente aburrido. Pero ahora, hombre ocupado y serio... ¿cómo justificar semejante distracción en una "novelucha" cuyo único mérito parecía haber sido un best seller?
El alivio me lo proporcionó esta mañana el amigo Miguel Clariá y por partida doble: 1) Me contó entusiasmado que está en el tercer volumen de Millenium, mientras le hojeaba una nueva novela de Laura Restrepo que acababa de comprar. Si el Negro Clariá lo lee y lo comenta, yo ya me sentía un poco más aliviado. Pero además, cuando le expresé mi reparo a la calidad de la literatura de Larsson, mi ex Director en el viejo Diario Córdoba me proporcionó la segunda excusa 2) Mario Vargas Llosa -me dijo- escribió una excelente defensa de Millenium en El País.
Sólo preguntarle a Google para que en segundos devorara la crítica del peruano autor de la genial "Travesuras de la niña mala". En un artículo titulado "Lisbeth Salander debe vivir", Vargas Llosa resume: "Si uno toma distancia de la historia que cuentan estas tres novelas y la examina fríamente, se pregunta: ¿cómo he podido creer de manera tan sumisa y beata en tantos hechos inverosímiles, esas coincidencias cinematográficas, esas proezas físicas tan improbables? La verosimilitud está lograda porque el instinto de Stieg Larsson resultaba infalible en adobar cada episodio de detalles realistas, direcciones, lugares, paisajes, que domicilian al lector en una realidad perfectamente reconocible y cotidiana, de manera que toda esa escenografía lastrara de realidad y de verismo el suceso notable, la hazaña prodigiosa. Y porque, desde el comienzo de la novela, hay unas reglas de juego en lo que concierne a la acción que siempre se respetan: en el mundo de Millennium lo extraordinario es lo ordinario, lo inusual lo usual y lo imposible lo posible".
Gracias, chicos. Terminaré pronto el primer tomo y ahora se que correré a buscar el segundo sin el más mínimo rubor.

jueves, febrero 11, 2010

Buscando mi "caja de la nada"

Discutiendo hoy sobre las preocupaciones inútiles, las neurosis nuestras de cada día y de la utilidad de las vacaciones apareció este divertido cuadro que explica la diferencia de hombres y mujeres a partir de lo distinto de sus cerebros.
Lo volví a ver y me reí de nuevo. Lo comparto con Uds. justo antes de ponerme a buscar mi tan poca usada caja de la nada ;)

miércoles, febrero 10, 2010

¿Lo tenías a Jaime Bayly?

Yo lo tenía de vista. Lo vi en algunos zappings de la TV, en algunos clippings de la TV y sí me detuve en un video donde comentó con gran ironía la liberación de Ingrid Betancour.
Pero nunca había leído ningún libro suyo hasta ahora que estoy disfrutando El Canalla Sentimental, una serie de textos breves, muy personales y que lo pintan -parece- de cuerpo entero... ¿leíste algo de Bayly? ¿Qué opinás?